“Los sueños marcan el camino del hombre”
En cierto poblado alejado de las grandes ciudades, escondido entre las altas montañas, vivía un hombre joven, quien tenía grandes ilusiones y sueños que lo inspiraban a dar lo mejor de sí para ayudar a los demás, este joven era muy querido y respetado por todos en su aldea.
Un día tuvo un sueño que hizo que todo que fuera diferente para él, mientras dormía conoció un mundo que no creyó que existiría y fue así como surgió en él la idea de salir de su pueblo para conocer la ciudad, estudiar y prepararse para poder ayudar más a la gente que vivía en su comunidad.
Cuando nuestro personaje comentó sus sueños con sus amistades, todos se molestaron con él, lo criticaron por querer abandonarlos, por no quedarse a luchar con ellos para sobrevivir en aquél lugar apartado de la naturaleza donde no había suficientes recursos.
El dolor que sintió el joven fue muy grande, no podía aceptar que su gente no entendiera que tenía que cumplir sus sueños, superarse para poder ayudarlos, prepararse para tener algo que ofrecerles.
Fue así como este hombre, se alejó de su pueblo natal con un gran dolor en su corazón pero con un sueño que guiaría su camino y después de algunos días llegó a una gran ciudad, las cosas no fueron fáciles porque todo era diferente a lo que él conocía, pero él había aprendido que las cosas que valen la pena nunca son fáciles.
Este joven comenzó a destacar en la gran ciudad, por el entusiasmo que mostraba por aprender y la prisa que tenía por apropiarse de todo lo que debía saber para ayudar a su pueblo y así trabajaba día y noche, cultivando su mente y su corazón, pues nunca perdió la sencillez que lo hacía querido y aceptado por los demás.
Pasó el tiempo y por fin regresó a las altas montañas, de donde algún día había salido, todos lo vieron llegar, parecía el mismo pero no era el mismo, todos se dieron cuenta que venía dispuesto a ayudar a su pueblo a salir adelante. Compartió con todos los habitantes, aquéllos conocimientos que había adquirido en la gran ciudad y fue así como ese poblado comenzó a salir adelante y a progresar gracias a los conocimientos que este hombre había adquirido por un sueño que había marcado su camino.
A veces los sueños parecen distantes, muy lejanos, tan lejanos que a veces los creemos un espejismo y no vamos tras ellos, los dejamos escapar por el temor de ir tras el sueño que marcará nuestro camino.